PREGONES
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez.
@ricardocipago
¿Y QUÉ NOS PASA EN BOYACÁ?
Hoy ya han transcurrido 211 días del año
y nos quedan 155 para recibir el nuevo, y es que vuelven y surgen las
preocupaciones para un departamento que por estos días tiene su fechas patrias
para conmemorar o justificarse ante una nación que le envía anuncios, a manera
de mensajes, pero que no le cumplen y así van 481, 163 o 134 años (¿o más?) y
la deuda se acrecienta y nadie le reconoce ni siquiera los intereses y la culpa
es mía, de Usted, de todos, y en especial de quienes de forma atrevida
abanderan ser sus representantes y quedan en deuda.
Desde cada rincón de las aulas de clase,
de las academias de formación, de las empresas, de los gremios y seguro de las
oficinas de los elegidos para 4 años muy poco es lo que se dedica de sus
tiempos a saber por qué Boyacá no avanza, no progresa, no trasciende o no
protagoniza crecimientos como se hace en otros que pueden ser sus pares o mejor
a manera propia, sin comparaciones y sí destacando sus potencialidades, que
sirven para discursos de campaña y luego se los lleva el viento y dan tantos
giros por la tierra que ya llegan agotados.
Hasta para realizar campañas de prevención, educación o manejo de la pandemia no copiamos lo bueno, de otras partes del mundo, y es que a punta de dibujitos costosos no se logra llegar a la conciencia de la sociedad pero no porque las comunidades no lo quieran sino porque su contenido es fluctuoso entre lo que dicen es creatividad pero que el mensaje nada que llega.
Y ante la urgencia no atinan a bajar las curvas que solo las
ven en sus ambiciones de color, de no perder la pirámide construida bajo un
libreto que ya copian en la vecindad, como “solución” a las necesidad de ver
que no contamos con las vías para sacar los productos de la tierrita y cuando
los sacan es para hacer proselitismo y quedar en las fotos que hacen publicar
como logros.
Lo que nos pasa es que nos dejamos
utilizar y ser un número más en sus cálculos electoreros, sumar y quitar en sus
juegos de aspiraciones y lo que veremos desde las elecciones de los consejos de
“juventud”, las de juntas de acción comunal, y las internas para “escoger” los
candidatos que ya están visitando los sectores y haciendo promesas para que
esto cambie, que no fallarán, que sus entrañas son de ése barrio, comuna o
vereda y que siempre serán sus defensores ante los incrementos de precios en
los servicios públicos, gestionarán recursos para teatros culturales,
anunciarán que lograron declaratorias de patrimonio y más mentiras.
Es que la ambición no sabe de fronteras y mucho menos de límites. Duele que no haya el altruismo que nos legaron los líderes de otrora y que no recibían pago por ser voceros y tomar decisiones a nombre de “todos” y en cambio armaron trincheras y fortines para saciar a sus jefes… sí en pleno siglo 21 siguen esos escalafones e indignidades.
Y valdría releer la poesía que declamaba don Indio Rómulo (Q.E.P.D.) “Pa´qué las elecciones”, salvo algunas incitaciones, ya sería bueno que verdaderos querendones de nuestras 123 maravillas, hombres y mujeres de todas la edades y estratos o niveles, se resolvieran a votar por salvar nuestras comunidades, sectores y municipios.
Ya el futuro no es de los impuestos o heredados a la fuerza.
Que no tengamos que seguir lamentándonos por la suerte echada al vacío con los
ungidos. Esto es YA.