PREGONES
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez.
@ricardocipago
LOS CIUDADANOS
“…Un ciudadano es,
según la Real Academia Española, una persona considerada como
miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a su vez a sus leyes.
Es un concepto socio-político y legal de significado variable usado
desde tiempos antiguos y a lo largo de la historia, aunque no siempre de la
misma manera…” y al parecer no asumimos ésa condición ni en la llamada
“normalidad”, o en pestes, y ojalá sirva para hacerlo en pos pandemia.
No es regaño, sí de
autorreflexión, para invitar a que la cátedra de educación cívica,
comportamiento y salud, junto con la urgente de historia local-regional y
nacional, con la de patrimonio y cultura, sean de obligatoriedad, así a muchos
no les gusten las imposiciones, y menos cuando de lo nuestro se trata porque
pareciera que nos duele reconocernos, valorarnos y hasta sentirnos orgullosos, en
el momento de recibir y utilizar la cédula de ciudadanía…
Los niños de hoy de verdad que
tendrán que hacer muchos esfuerzos para conocer en sus aulas ésas mínimas
normas de comportamiento social, será por efecto reflejo, por llamados de
atención o porque no encuadrarán en sus entornos… y eso sería subsanable si no
fuera tan tedioso registrarnos en las oficinas frías de la Registraduría, de
los despachos parroquiales o tener que pedir certificación para culminar el
proceso de ingreso al colegio y otros menesteres.
Llegar a los 18 obliga a tener la
cédula -para todo- y alguien se inventó que ampliada al 150%, y a la que le
hacen lectura al código de barras o ya en medidores de temperatura y que nos
debe obligar a “no perderla” o dejarla para siempre en recepciones, porque
lograr su duplicado es una odisea, que hay que pagar, dedicar tiempo y sufrir
en línea o presencial.
Pero la esencia del pregón de hoy
y mañana no es el documento físico sino si de verdad estamos asumiendo la gran
condición humana, en la que siendo parte de una sociedad nos comportamos, con
los deberes y derechos que tenemos?, si somos responsables de cómo estamos?, aportamos
al desarrollo, evolución y crecimiento de nuestros entornos? O simplemente es uno
que usufructúa, pelecha, polariza y llega a los cargos de toma de decisiones y
cuando ya no recibimos ayudas o beneficios nos convertimos en “enemigos” de lo
ya ganado.
Hace tan pocas horas se anunciaba la
construcción de un nuevo estatuto o código electoral que nos reconocerá a
quienes salimos a votar, cumplimos las normas de elegir y ser elegidos, pagamos
cumplidamente impuestos y otros, y que busca hasta erradicar el abstencionismo,
creando nuevas alternativas de tener votos digitales, identificación biométrica
en mesa, ampliar una hora para quienes llegan tarde a todo y para tener voto
electrónico mixto y así garantizar el acceso a VOTAR, que es sagrado y mejorará
la vida cotidiana, con mayor equidad, participación y transparencia y reglas
para los llamados actores políticos y confianza, hasta aplicar los objetivos de
desarrollo sostenible (ODS) y con garantías para los ciudadanos, de hoy y de
los años que vienen en la democracia, que hay que defenderla, fortalecerla y
cuidarla.
Todo lo anterior se viene reclamando
desde hace años, a fin de que no unos pocos sean los que decidan por aquellos
que perezosos, “diferentes” y hasta “chistosos” se olvidan de ser ciudadanos,
pero debe ser conciencia de todos, de verdaderos cumplidores de las leyes, de
ser ejemplo y aportarnos soluciones. No es con o sin cédula, es con sentimiento
de patria. El honor de ser ciudadano lo
sienten quienes con libertades bien llevadas ondean ser activo de la vida.