miércoles, 30 de septiembre de 2020

pregones De "mañosos" y otros "personajes"

 

De ‘mañosos’ y otros ‘personajes’ – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – @ricardocipago

De ‘mañosos’ y otros ‘personajes’ - #Pregones - Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez - @ricardocipago 1Casi seguro que en un ejercicio mental devolveremos la película de nuestros pasos por momentos, situaciones o detalles que han marcado esos recuerdos que podrán ser chistosos, preocupantes, dolorosos y hasta incómodos, pero hay unos que son hechos a la medida…

Y es que quién olvidará al compañero de colegio que tenía la costumbre de copiarse en los exámenes, y hasta nos dio algunos trucos. Al que en los recreos comía de forma exagerada. El que enamoraba con cartas y hasta con regalos. Al que siempre se enfermaba para no hacer deporte o al que ponía quejas por todo y así lograba la atención de la directora del curso.

En una edad más de ‘crecimiento’ el que lideraba o insinuaba ir a tomarse unas frías, unas polas, jugar tejo o billar. Las personas que organizaban la fiesta, pero para sus más cercanos y se daban sus mañas para que el otro ‘bando’ no fuera o mediante mentiras les sacaban el cuerpo.

Se llega a la adultez y algunos toman rumbos idénticos a las de las etapas anteriores, en sus respectivos niveles, y qué decir de las malas prácticas que priman en algunos de sus actos: las mentiras, las triquiñuelas, los atajos y hasta las pésimas actuaciones que deshonran –en sonados casos- del servicio público, pues la corrupción (también en el privado) y no sólo con los recursos o dineros, sino con las actuaciones, sus componendas, sus actos libreteados de figuración y hasta las anunciadas despedidas para que les rindan homenajes, con pancartas y con regalos o fotos.

No olvidar los que cada tres años vuelven con su estilito a pedir que se les apoye, que se les agradezca lo que hicieron (¿y luego no fue para eso que se les eligió?) y nos sacan en cara que elevaron la voz por nuestras necesidades… y esas son las mañas que hacen daño a nuestra democracia, y no es ella la culpable sino de sus libertades que no son bien utilizadas para todos.

En el mundo merodean los que se las dan de ‘vivos’, se hacen famosos por sus estrategias de coquetear para llegar a abusar de menores, para robar a incautos, engañar a inocentes o personas nobles, para no pagarles por su trabajo o dedicación, y los que atrincherados en oficios o supuestamente defendiéndolos hacen movimientos con sus fichas o juegan a tres bandas.

En fin, es que en medio de la polarización se encuentran noticias que sorprenden, por sus protagonistas, o por aquellos que se dejan llevar por los que ya son ‘gallos finos’ que no tienen fronteras, no reconocen que engañaron, asesinaron y hasta violaron. Eso no les llega sangre a la cara. Tratan de burlar para demostrar poder. Otros juegan con sus intereses para imponerlos.

Que si un niño lee estas líneas y pregunta por favor tratar de explicarles que es un pregón por volver a las buenas maneras, al ejemplo, al hacer las cosas al derecho y que eso malo no es bueno para su futuro, así estemos en la cuarta o quinta revolución; que usar las TIC para moldear un entorno de principios, de ética, de comportamientos dignos es la clave.

No a los “personajes” que son los “chachos” del grupo o el “parche”. Sí a los que lideran procesos, innovaciones y emprendimientos por el bien común. Y adiós a las mañas de hacer las cosas por hacerlas y YA.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

PREGONES PEDIR PERDÓN

 

Pedir perdón – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – @ricardocipago

Pedir perdón - #Pregones - Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez - @ricardocipago 1Desde muy niños se nos impuso en la memoria, en la educación, en el hogar y en los lugares públicos el tener que “pedir perdón” siempre ligado o mezclado, casi desfigurado o mejor buscando que ése pedir se tradujera en presentar, ofrecer o hasta demostrarlo.

Ya por estos días, y desde la llegada de los acuerdos del Teatro Colón, hace parte de una forma de reconocer y en público ganar en los intríngulis o niveles de poder, de opinión, de medios y hasta de sentimientos colectivos el que sea para que la contraparte u oposición vea que se tiene el deseo de llegar a que los hechos de barbarie no tengan perdón y olvido, sino de reconocer que se cometieron, se endilgaron, se dejaron víctimas o deben tener un mínimo de reparación que hace parte de unas formas mancomunadas a que la sociedad así lo reconoce.

Quienes son los familiares o los que sufrieron los vejámenes de cualesquiera de las partes, de individuos o colectivos, de 3 o más letras, desde la institucionalidad y desde las esferas del Estado todos han encontrado que parte de su “reparación” es ese “pedir perdón”, pero fuera del valor simbólico, sincero, expresivo, emotivo y hasta doloroso debe haber el complemento de la verdad, que no sea para ganarse unos adeptos, seguidores o puntos en las decisiones.

Se hace con el fin de curar o sanar culpas, no es signo de debilidad o supremacía o arrogancia disfrazada de oportunismo, es la forma que hemos encontrado en el entorno social humano para que como pares nos regocijemos con esas expresiones y en esos momentos tan difíciles de sobrellevar, superar o perdonar… “Lo siento, me equivoqué y no lo vuelo a hacer”, así se hace.

No más rabias, rencores, odios o envidias se pregonan, pero quienes lideran procesos no pareciera que lo tienen claro o a lo mejor saben que es la más eficaz “arma” para ganar seguidores, polarizar y hasta emerger en momentos que ya buscan ser los candidatos.

Algo no funciona en los momentos decisivos de llevar el mensaje, se trunca en el camino y llega distorsionado. Y vuelve el círculo vicioso de ser los medios los culpables de no dejar ser efectivos en la búsqueda del reencuentro de la sociedad, y por ello también llamados al perdón.

Lograr la gracias divina, la terrenal y la superior es poder decir no lo vuelvo a hacer… y cumplirlo.

Las ansias de venganza o de tomar justicia por mano propia ya nos ha demostrado a qué se llega, a qué nos estamos encaminando,  o nos quieren llevar. La sensatez es parte de la fórmula ideal.

Ofrecer disculpas, con demostraciones de arrepentimiento hacia quienes se quedan para con su dolor llevar por siempre a sus deudos, es parte de ese pedir expreso o tácito y que con una pandemia no encontramos a quién o cómo hacerlo, y con esa indisciplina que fue moldeada para que a punta de perdones pudiéramos seguir por nuestro paso por la vida, ya no tiene perdón.

Que desde los atriles se pida que debamos pedir perdón eso ya no tiene… pero lo que con corazón se hace es mejor que con palabras rimbombantes o populismos. Ahí perdonarán y YA.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

PREGONES ANDENES PARA . . .

 

Andenes para… 

#Pregones – 

Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez @ricardocipago

Andenes para… #Pregones - Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez @ricardocipago 1Nuestros orgullosos antepasados fueron unos maestros y futuristas al dedicarse por convicción, necesidad y sustento a la construcción de los llamados andenes o terrazas, para sus cultivos de pancoger, sus caminos para llevar y hacer intercambios, canjes, trueques o como estrategia militar para defenderse de los que no faltan por la vida.

Esas escalinatas se fueron convirtiendo hasta en rutinas para hacer ejercicios sin necesidad de instructores y sí con una disciplina, que ya quisiéramos en los gimnasios donde se paga por todo.

Pues resulta y acontece que los expertos, gurús, sabios y diseñadores se idearon o copiaron los que utilizamos, ultrajamos, escupimos, rayamos, rompemos y no faltan los que por ahí hacen sus necesidades… hablamos de las aceras,​ andén,​ banquetas,​ o superficies pavimentadas y elevadas a orilla de una calle-carrera-transversal-diagonal u otras vías públicas y privadas, que están destinadas para uso de personas que se desplazan a pie, los peatones, y que se sitúa a ambos lados de la calle, junto al paramento de las casas.

No faltan los que seguirán siendo rústicos, normalitos, inclinados, muy altos o bajos y los que también tienen sus estratos, pues están acordes a fachadas de casas, edificios, bodegas, locales y/o son para las rampas de los parqueaderos; para subirnos a busetas y todos se apeen de ellos.

Pero la idea pregonera es a que los sepamos utilizar. No nos extendamos en todo su ancho, no transitemos con bicicletas o patinetas, no botemos colillas o desechos, no los ayudemos a seguir desportillando con pataditas, no los bloqueemos con minivallas o conos fosforescentes, no pongamos barreras, ni llantas viejas. Tampoco los utilicemos para parquear motos, para ubicar carretas, carros tinteros y de venta de todo (jugos, perros, tinto, papaya, arepas, geles y tapabocas) y sin olvidar que ahí,  casi en la mitad, ponen los postes. Hay que hacer cumplir sus medidas reglamentarias.

Respetemos las señales verticales de tránsito o turismo, dejarlos para caminar y protegernos de los vehículos y otros animales… Son para eso y los niños ahí “aprenden raspándose sus rodillas.”

Donde hay planes de ordenamiento se dieran a la tarea de priorizarlos en sus expansiones urbanísticas, autorizaciones de edificaciones y construcciones de emporios. En la mayoría de nuestras maravillas naturales sus vías son angostas y ello obliga a que se respeten y sirvan para evitar accidentes, excesos o hasta para dormir la resaca, en compañía de los fieles guardianes.

Que no nos tengamos que bajar para darle vía a los personajes irresponsables, groseros, atrevidos o que se creen los dueños de esos espacios, que hacen parte de las vías, que son de todos y para todos… y que no sirva de punto de encuentro para dedicarse a fumar a toda hora.

A veces estos andenes son tan brillantes que se convierten en peligros y no faltan quienes hasta les ponen rejas, materas o encerramientos. Y en supermercados y otros hay que regular su uso en horarios de descargue, no puede ser las 24 horas. Gracias por existir y resistir.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

PREGONES ESTRUJÓN

 PREGONES

Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez.  

@ricardocipago

ESTRUJÓN

A la fuerza tuvieron que pasar unos 168 días para que nos tuviéramos que concientizar que los cambios de comportamiento pedidos -a gritos- desde diferentes trincheras fueran parte de los ajustes a la vida, a las rutinas y hasta a los códigos de convivencia ciudadana, donde el respeto, las normas de civismo y cumplimiento, de ser parte de colegios, empresas, conglomerados y zonas de habitación no son para unos pocos sino para todos, y que las excepciones deben ser ESO.

De seguro todos teníamos planificados nuestros meses de trabajo, de oficios o de actividades con base en lo que siempre hicimos, con sus caminos, con un cronograma, saltando maticas y matones y con las arandelas de cada hora, que siempre desarrollamos o por lo menos era parte del trajinar diario.

Ahora se nos cambió la vida. Y es que adaptarnos a lo que nos exige el autocuidado, la autoprotección y el ser autoveedores del llamado aislamiento selectivo será un verdadero protocolo, y para otros un viacrucis, porque cada uno tratará de imponer sus “leyes” para que los demás hagamos caso y siempre se presentarán pretextos. Que no sea motivo de enfrentamientos en redes sociales, sino que sirva de pedagogía para todos.

En nuestros hogares siempre se habló de que un estrujón vale la pena, en las cosas positivas y negativas, que alimentan el espíritu, que fortalece, que moldea, que ajuicia, que califica y que con una educación moral de alto nivel nos lleva a ser ése reflejo en la sociedad y a coadyuvar procesos en los que participamos, tenemos vocería, somos uno más y que al final da buenos ciudadanos.

Comprender se logra en cualquier edad de la existencia y quienes ya tienen canas lo hacen valer con sus aportes, sugerencias, comentarios y enseñanzas. Eso debe ser la constante para que los de cualquier edad ser más conscientes que como sociedad y para ello hay normas qué cumplir y los apretones de manos, abrazos, palabras bien cuidadas, lenguaje preciso y no polarizaciones por intereses personales son línea a seguir.

Quienes arreglando un electrodoméstico o por experimentos hemos recibido corrientazos nos dejan la sensación que el estartazo fue para reaccionar y no volverlo a hacer y así con la pandemia, que será algo rutinario, que nos regirá por meses u años en los que con educación de seguro la vida primará. Esto es de acciones y no de palabras sueltas.

Es de liderazgo, de ajustarnos los cinturones para asumir esos retos que se imponen. Hace pocas horas en Duitama se dio a conocer el mapa de calor donde se concentran los contactos, por comunas, y allí se refleja cómo es que no hemos llegado a la llamada cima o pico y eso es grave, según los expertos para lo que viene, o mejor es que no avanzamos. 

Por la Vida Ya un estrujón.