Radio Sutatenza: Institución Mundial – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días
Hace 8 días, el 8 de diciembre, se recordaba que hacía 100 años nacía Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, en el acogedor municipio boyacense de Corrales, en la provincia del Tundama, y quien trascendió las fronteras de la educación y la radiodifusión, llevando un modelo que se adelantó en el tiempo y en las tecnologías.
Todos sus “hijos”, en su gran mayoría campesinos de Colombia, recibieron una formación y alfabetización que combinaban los conocimientos básicos -de las aulas escolares-, con las técnicas a utilizar en las labores del campo y pensando en el futuro, en el auto sostenimiento, en generar familias bien estructuradas para ser lo que hoy llamamos emprendimientos e innovaciones y que buscaban generar cambios radicales y sociales en el campo.
Monseñor o “el Padre eléctrico” o “El Quijote de los medios” creó y dirigió por más de 40 años la reconocida Acción Cultural Popular -ACPO-, que a través de sus Escuelas Radiofónicas -por allá en los años 60- con la prestigiosa Radio Sutatenza (810 kilociclos), que llegaba a miles de hogares en la comodidad de los aparatos transistores, de pilas, de baterías, algunos radios de galena, o en los estruendosos altoparlantes de las iglesias y parroquias, que eran prendidos y ubicados en lugares estratégicos, donde todos los de las familias pudieran escuchar, con atención, y sin interrupciones, es de recordar que su señal llegaba a muchos kilómetros a la redonda y nada de internet, redes sociales, plataformas o equipos modernos para lograr recibir la señal.
Esos “hijos” de Monseñor Salcedo eran los bautizados como “viejos queridos” por el Padre José Ramón Sabogal Guevara, quien cual escudero o el fiel “Sancho Panza” de Don Quijote o el “Robín Hood”, del rey Ricardo Corazón de León para sus cruzadas, lograron llegar a unos 900 municipios colombianos, con su red de medios educativos, y que en parte se revivió en la pandemia siglo XXI…
Pregonó que: “No existen países desarrollados, sino personas desarrolladas” y que “La educación nos hace libres” y eso lo hizo célebre entre quienes vieron en sus inicios la atracción por conocer de la electrónica, de cómo a través del alfabeto Morse, que su padre don Joaquín utilizaba en su trabajo en la oficina de telégrafos, y más adelante poder difundir conocimientos a través de la radio.
En algo quisieron copiar el exitoso modelo con las Emisoras Comunitarias, que algunas sí lo hicieron, pero otras se convirtieron en dolores de cabeza y que pasaron a manos de familias o poderes que las llevan y traen, ubican en oficinas particulares, pensando que en sepelio el hacer rimbombantes saludos cura las heridas o resarce el daño hecho a quienes entregaron su patrimonio personal para que ahora aparezcan con lágrimas de cocodrilo a decir que lo amaban y agradecían…
Y en otros casos las convirtieron en trincheras de colores para en campañas abrir micrófonos a intereses que no son los que una ejemplar Radio Sutatenza llegó a ser reconocida como institución mundial y en otros lugares del mundo su modelo sigue vivito y coleando, que bueno sería que con la modernidad y equipos de hoy realizar unos ejercicios periodísticos, de locución, profesores y multiculturales para que volviera la Educación Fundamental Integral, que mediante clases magistrales -y en lenguaje sencillo y popular- sea con solo encender el radio, la web, el dispositivo o pretexto para “recibir clases”, con tutores en vivo o virtuales, o por el simple radio, que valía 195 pesos y adicionaban, a cambio de un huevo, las cartillas de salud, alfabeto, número, tierra y espiritualidad, técnicas de producción, desarrollo de valores y comportamiento y mediante el trabajo comunitario, integrador, de cooperativismo, y YA. Pasos gigantes han dado las nueva ACPO y Radio Nacional –RTVC- junto con otras entidades, ahora es integrarlos,
Las modernas estrategias de mercadeo y comercialización permitirán el anhelado regreso del periódico El Campesino, que circularía gratuito, y llegarán de nuevo cartas, afiches, libros, regalos, discos y formación, pero lo clave está en potencializar las alternativas de comunicación, sin recurrir a noticias falsas, mensajes sesgados o personajes que convirtieron en relajo la razón primordial de llegar a las audiencias: educar, y por ello la frase final del presente pregón.
Es el centenario del natalicio del padre Salcedo, en su autobiografía que la tituló “la revolución de la esperanza” y que se encuentra en las bibliotecas del mundo, entonces que nunca sea tarde para que por estas tierras nos tomemos a la tarea de conocer su obra, sus aportes, destinar los espacios para retomar sus guías y que haya medios de comunicación y universidades con su legado.
“Lo que queremos es un pueblo orgulloso de su propio valor, orgulloso de su importancia, orgulloso de las maravillas de su inteligencia, orgulloso de todo lo que ellos pueden hacer, orgulloso del porvenir que van a obtener. Esa es la razón de todo lo que aquí sucede”.
Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, Fundador ACPO.
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago
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