Reformas: a la carta o a la medida – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días
Dentro de 15 días estaremos conociendo de los balances, informes y conclusiones de una de las marchas convocadas por los llamados grupos o sectores de oposición, porque el día anterior serán las citadas por la coalición de gobierno y afines.
Ambas convocatorias bajo el poder que conlleva anunciadas, votadas y manoseadas “reformas”, con las que muchos se identificarán y otro tanto igual buscarán para hacer transición, bajo el pretexto de cambiar lo que ha venido mejorando (salud), preocupando (política), sometiendo (tributaria), buscando (pensional), manoseando (electoral), utilizando (agraria) y hasta supuestamente para nivelar en oportunidades (laboral)… y será entonces el primer termómetro de lo que la sociedad ve, siente, vive, consume, respalda, repele y entiende del gobierno. Anhelamos que sean en paz, total.
Si hablamos de estas “a la carta” nos puede empezar a preocupar como cuando pedimos un plato en un restaurante, pues por el precio, la porción y hasta sus ingredientes nos pueden afectar o satisfacer, y en ello, sin conocer o saber quién fue el chef, nos lo saboreamos y al final de su digestión es cuando calificamos, volvemos o rechazamos.
Así de sencilla es la lista ordenada de platos o menú que están a disposición y que de seguro veremos en los contenidos completos (no a cuenta gotas o por filtraciones) con la sapiencia que es sobre la mesa que se sirven las viandas y no por debajo de ella, con comensales o invitados muy bien comportados, buen manejo de cubiertos, herramientas o utensilios y que no falte una o varias servilletas, para ir limpiando los sobrantes o las mal llamadas boronas.
Y a las que pueden llegar a ser “tipo sastre” vale que las medidas o patronaje sean para que cubran a todos (a lo largo, ancho, contorno, espalda, cintura, cuello, mangas, en las tallas XS, S, M, L, XL, XXL…), incluidas las que generarán polémicas, debates, socialización, discusión amplia y suficiente, retiro de sobrantes, cremalleras a los lados, botones suficientes y unas agujas muy finas, para que con hilo fuerte se confeccionen para lucir sin vergüenzas, se puedan tramar en la urdimbre de más de 1.123 municipios, comunidades, etnias, identidades de género u orientaciones sexuales, todos en legalidad y con ministerio de la Igualdad.
Cumpliendo los procedimientos legítimos, estipulados en las leyes y consagrados en la Constitución (que no se puede -ni debe- ir reformando por caprichos o desquites), a conveniencia de políticas de cambio real, pero sin afectar a los actores, que tanto han aportado a los sectores, ajustados a los períodos ordinarios de sesiones en el recinto de la representatividad… para mantener el valor de la democracia, con voces representativas, y no creando vacilaciones injustificadas, en una nación que viene creciendo y merece confianza para atraer inversiones y apoyar a nuestros emprendedores.
En los parajes y tranquilidad de la Villa de Nuestra Señora Santa María de Leyva (que es Patrimonio Nacional), como lo son en gran parte las 123 maravillas naturales de Boyacá, ha servido para retiros espirituales del gobierno nacional, ad portas de presentar “oficialmente” los contenidos de las reformas, que marcarán la hoja de ruta del país y que tendrán eco en el Plan Nacional de Desarrollo, que no puede dejar dudas, fallas, vacíos o para interpretaciones, pues antes se deben buscar diferencias, bajar las tensiones internas, calmar las externas, apartar las discordias y que no nos organicen o dividan en bandos… ya que pueden ser contraproducentes para los objetivos, en año con pretensiones electorales o de saciar ambiciones, consolidar pactos y hasta avizorar lo que nos pueda afectar en lo local y regional y no tener que lamentar lo que suceda en 42 meses.
Se puede lograr una convergencia entre a la carta y a la medida, pero con intereses superiores, con voces técnicas y conocedoras. No sacrificarnos, por superar discursos, mensajes o vaticinios apocalípticos.
Si hay que pregonar con sinónimos hay que valorar la definición de reforma: como el “procedimiento que se realiza a fin de modificar, mejorar, enmendar, actualizar o innovar algo. Se puede considerar que una Reforma no se presenta como un cambio radical y acelerado sino como una transformación gradual de un sistema, estructura, institución, etc…” y con sus equivalentes de: “…corrección, renovación, enmienda, reparación, reajuste, arreglo, reestructuración, reorganización…” que de su literal cumplimiento nos permita dar pasos firmes, no polarizar, no mentir, no estigmatizar y sí buscar “vivir sabroso”. Ya!
*Por: Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago
https://boyaca7dias.com.co/2023/02/01/reformas-a-la-carta-o-a-la-medida-ricardo-gabriel-cipagauta-gomez-columnista7dias/
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