Libertad de expresión y de prensa
Abogar para que podamos seguir contando con todas las libertades, en una sociedad informada en democracia, debe ser la bandera que candidatos, partidos, movimientos, grupos, alianzas o grupos significativos de ciudadanos, activistas, defensores, líderes y ciudadanos que debemos acoger y poder hacer realidad no solo por los próximos 4 años sino por siempre.
Y es que el derecho adquirido de la libertad de prensa implica todas las garantías consagradas para, a través de cualesquiera de los medios de comunicación o de expresión…, producir y transmitir información que dé a todos el contexto para tomar decisiones, actuar, defender causas comunes y ser parte activa de un conjunto de la sociedad para acceder, recibir, explicar y entender esa información que debe contener las caras de la moneda y defender lo fundamental.
Como eje de la función de informar, delegada a los periodistas, se tiene el soporte de la educación para que de allí se complementen con el de formación de criterios -para todo- y el de solazar las actividades del día a día, para dar como resultado unas audiencias calificadas y cualificadas.
Y es que poseemos las alternativas legales para que desde las regiones podamos acceder a lo que para algunos avivatos, se constituye en privilegios pero que en la realidad son protección y reconocimiento de nuestros derechos, en los que las ideas y opiniones son sagradas, pero sin exclusiones, discursos estigmatizantes, limitantes, señaladores o descalificadores como riesgos que no llegan al centro del país, y que se potencian en épocas de elecciones, con sus peligros.
Hay que recordar que nada abre posibilidades o escenarios para que por el uso “desmedido y exagerado” de esas “libertades” ataquemos, elevemos, acorralemos o defendamos de oficio porque “…este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión…” lo que es la fortaleza del ejercicio periodístico y no jugando a dirigir el país.
Que exista una fecha para que cada año nos tengamos que referir a los principios rectores del periodismo que, con las nuevas tecnologías y el incontrolable asedio digital, está llegando a extremos, que como lo afirmaba Aristóteles sobre la virtud, se llegan a excesos o defectos… y para afianzar los que se consolidaron en una declaración con 19 puntos, firmada en la lejana capital de Namibia (Windhoek), junto con sus 10 iniciativas o proyectos anexos, que determinaron instituir el 3 de mayo, desde 1993, por la asamblea de las naciones unidas a instancias de la Unesco.
A propósito, hace pocas horas se entregaba el premio “Guillermo Cano Isaza”, en su versión 28, el magno reconocimiento a individuos y organizaciones que levantan sus voces, intereses, recursos en el pluralista e independiente ejercicio profesional, con toda su carga emotiva y de recuerdos, homenajes y tributos a quienes -como Don Guillermo Cano- son la brújula para nuestra sociedad.
Existen personas, entidades y organizaciones que se salen de las normas sin saber, o lo saben, del daño que hacen a un conjunto y a ellos son los primeros que se les cobija, y que ahora que se revive y motiva a que hay que volver a la enseñanza de la historia, para no repetirla… es primordial que a días de tomar decisiones para escoger una fórmula, para 4 años, propendamos por el valor del periodismo, la información y la comunicación, que son las puntas de la estrella que debe seguir brillando para mantener las instituciones, integrarnos para no tener espirales del silencio.
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago
https://boyaca7dias.com.co/2022/05/04/libertad-de-expresion-y-de-prensa/
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