viernes, 27 de noviembre de 2020

PREGONES La virtualidad justifica todo.

 

La virtualidad justifica todo – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez @ricardocipago

Haciendo un recorrido por las modernas, publicitadas y muy recursivas -entiéndase en recursos y en elementos- redes sociales, plataformas, páginas oficiales y tecnologías al servicio de las comunidades desde las entidades públicas, hay que ver que se convirtieron en “trincheras” para justificar la falta de buscar en los medios tradicionales y que del muy rebuscado “contacto directo con las comunidades” no se ha dado y todo por culpa de la pandemia, en casi todo.

Basta con ver que antes de marzo esos eran gastos que no estaban presupuestados y ahora deberán ser los que se lleven el mayor porcentaje, porque no se justifica tener muy amplios y bien dotados colegios, instituciones educativas, universidades, hospitales, oficinas de secretarías, escenarios deportivos y otras dependencias -que tanto se buscaron para su infraestructura- y dejarlas al garete y no darles los usos aplicando la colaboración, la disciplina, los protocolos y ponerlas al servicio real y cumpliendo las disposiciones de bioseguridad, YA.

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Ahora hay que volver al tema de las esperadas rendiciones de cuentas de ediles, concejales, diputados, alcaldes, gobernador. Eso de llenar grupos de WhatsApp con boletines (muy bajitos de calidad y contenido, o en casos exagerados), audios, videos y fotos -que los aduladores replican como pasando la “cuenta de cobro” y se enteren que están “multiplicando los seguidores”- hace parte de un manido libreto que se repite y hace daño a las partes. Comunicar es un privilegio del ser humano y por ello no saturar los recursos TIC para ganar votos cautivos.

Que nos tuvimos que migrar, trasladar, posicionar, acostumbrar y hasta aprender o ubicar en esos espacios del mundo de hoy, vaya y venga, pero que los avivatos se ufanen de adeptos, hagan maldades (robos), engañen, ultrajen y no haya un comportamiento respetuoso. Que haya fallas o errores -en muchas de nuestras actuaciones- no es motivo para acabarnos de forma ultrajante, todo porque la pandemia nos tiene estresados, malhumorados o hasta llevados…

Que les tocó en su primer año de gobierno… ahora demuestren que en el segundo van a hacer posible que las cosas prometidas no sean regalos de virtualidad, de esperemos a ver qué pasa, de qué dice el gobierno o de que ya están en campañas y mejor dejar así para no meterse en problemas. La pandemia se les puede convertir en la sombra de sus ambiciones políticas futuras.

Así que desde quienes tienen a sus cargo la gran responsabilidad de la educación debe llegar una carta de Navidad que les entronice a que es con manuales, normas y siendo realistas que construiremos –entre todos- un entorno de vida que cambió las tradicionales y hasta ajustó un desmedido derroche de libertades, que no supimos llevar, sino que ya tendremos otras leyes.

Ver el espejo de lo sucedió en el norte (USA) nos debe ubicar en el punto exacto de ser uno más que habita un Boyacá, que no más de 50 han usufructuado, y anhelan seguir haciéndolo, si es que con los villancicos -dentro de un mes- lo repetiremos, mientras otros tejen -en las redes sociales y virtualidad- esos andamiajes que les dan grandes utilidades a sus intereses personales.

Y no es que la virtualidad sea mala por sí, es su utilización y su aprovechamiento indigno y YA.

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