miércoles, 16 de noviembre de 2022

PREGONES ¿Facilismo y la credibilidad?

 ¿Facilismo y la credibilidad? – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

¿Facilismo y la credibilidad? - Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días 1

Ya somos en el mundo más de 8.000 millones de habitantes, con clara superpoblación, pocas medidas para controlar dolores como el hambre, la desnutrición, la falta de acceso a servicios públicos, enfermedades, desperdicio de alimentos, afectación al ambiente, inequidad y por ende el recurrir al facilismo para poder justificarse, correr las líneas éticas por placer, imponerse para ser parte de los que mandan, adular para satisfacer a los egos de los mal llamados “jefes”, y con una enfermedad que se convirtió en pandemia, y hasta en sindemia (concentración de dos o más epidemias), como lo advertimos en varias de estas columnas, pero que rebozo la copa de la credibilidad para el ejercicio de la profesión (para unos pocos el oficio) de informar, comunicar y sin ser activistas o pagados por fuerzas extrañas…

La ambición de unos aduladores, que todos ya identifican, señalan y hasta siguen, impusieron –y mañana se van a vanagloriar por haberles dado ese título y de seguro lo usufructuarán para unas fotos, trinos o elocuentes discursos en tarimas o escenarios errados-. Pues ellos son por estos días llamados a eventos oficiales, en su causa personal para volver a usar los bienes oficiales y trastearse con sus corotos y seguir al mando de unos sectores estratégicos y, con la desfachatez que los caracteriza, volver a burlarse con anuncios y titulares.

Pero ya tocamos fondo cuando se plagian, copian, replican y roban noticias, investigadas, trabajadas, contextualizadas y exclusivas –producto de trabajo serio y sin ambiciones- para llevárselas a sus monetizadas y cuestionadas redes sociales o trincheras de contratación, o de pago para hacer el mandado al “jefe” y poder así demostrar que unos cuantos seguidores –incautos- que no tienen por qué saber cómo es que hacen ese sucio trabajo, se lo atribuyen y luego buscan o tratan de negociar el que se les exculpe o disculpe del escenario público, por la indelicadeza, atrevimiento y hasta delito.

Mientras tanto colegas que se han quemado las pestañas y su prestigio, para que en segundos (¿será que el mal tiene raíz en las costosas llamadas facultades o escuelas, que se ufanan de tantos años de entregar a la sociedad títulos a irresponsables, antiéticos, vividores o aventajados -vivos- de lo que no se debe hacerse en el Periodismo, en la Comunicación?) lo pongan sin créditos, sin aclarar la fuente (burdo pantallazo) y mucho menos retirándolas, luego de la vergüenza de ser descubiertos o señalados.

Así no es jóvenes que escogieron esta digna profesión, aunque aprenden con rapidez a salirse las mínimas normas de la Ética, porque así los o nos acostumbraron. Hablemos YA.

Precisar que son contados con los dedos de las manos y no representan a quienes han dedicado su formación a dar lustre a la tarea que la Sociedad nos ha entregado y con quienes tenemos una muy gran responsabilidad, que se hacen urgente comisiones de ética en los pomposos gremios y que ante todo amerita la tan reclamada autorreflexión, como se debe hacer en ciertos niveles o instancias -públicas y privadas- en la autoevaluación o calificación a sus integrantes de juntas directivas, pues no es para hacer mandados a los de turno, sino responderle a quienes los eligieron para representarlos; será otro análisis pregonero.

Poner la cara, no la desvergüenza rampante, incluso en ruedas de prensa, ceremonias, alta facturación en los gobiernos coloridos, facilismo o cuestionable familiaridad -cercanía- en el tratamiento a funcionarios, ventas costosas de la credibilidad para hacerles encuestas, activismo en ciudades donde les “comen cuento” o lo hacen porque les temen, obligan o condicionan -bajo presiones- a estar en premios o inventos de negocios-emprendimientos-, no por respeto o que haya real credibilidad, seriedad y altura para con las audiencias. Las disculpas las presentarán los aludidos.

Todos de seguro hemos tenido fallas en el ejercicio profesional, pero que estas sean, hayan sido o lleguen por haber sido asaltados en la buena fe, error de humano, y no por tener las uñas untadas…

Las emergencias producto de la temporada extendida de lluvias y la falta de previsión, el estar atento al todavía preocupante 64% de ocupación de UCI, a las peleas por figuración hasta en el dolor, y otros tantos temas de la agenda del día a día, pasaron a un segundo plano o un manejo desde las redes sociales -de los 3 o 5 contratados para que hablen o escriban a nombre- de los funcionarios oficiales.

Venimos acabando con los principios (honestidad, confianza, verdad, contexto) que nos inculcaron en las cátedras, en las jornadas de actualización y formación. Favor traducir en otras profesionales o trabajos, donde hay casos iguales o más preocupantes. Todo por la inmediatez, ambición, de mercadear “supuestos productos-noticias-”.

Nunca es tarde para rectificar el rumbo cuando se va a definir una Política Pública de Periodismo, y no seguir graves en credibilidad.

*Por: Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez.  @ricardocipago

https://boyaca7dias.com.co/2022/11/16/facilismo-y-la-credibilidad-ricardo-gabriel-cipagauta-gomez-columnista7dias/


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