Golazos sin jugar – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días
No han transcurrido la docena de partidos del discutido mundial de fútbol de Catar 2022 y la agenda noticiosa, real, de lo que sucede en el mundo choca con definir con grupo elite, poner fecha para definir el salario mínimo, terremotos en el otro lado del mundo, “baja” del dólar, ganar clásicas de ciclismo y medalla de bronce, reuniones por provincias, siguen los cambios en los gabinetes y los nombramientos, reabren vías sin encontrar una víctima, anuncian entrega de galardones, comienzan diálogos de negociaciones de la paz, se clausuran procesos y hasta se interrumpen transmisiones de noticieros para anunciar un gol, patrocinado.
Es una ruleta que se vive hora a hora, minuto a minuto y que se va convirtiendo en una amplia cancha, escenario, mesa de juego, donde se definen tantas cosas y al parecer son unos pocos los que nos definen si podemos seguir en ordenes de prestación de servicios, si podemos trabajar en X o Y evento, si nos dan permiso de subir o bajar las tarifas, si proyectamos seguir en la dinámica comercial, si buscamos participar en concursos o actividades, si le seguimos apostando a mantener tradiciones, cuidando el patrimonio, peleando por principios y calidad, entronizar los ODS, jugando limpio en todo, pero al parecer no hay una luz que nos guie a un destino más o menos fijo, que nos de seguridad, y al parecer serán meses de más y más disparos al aire, sin técnica, sin VAR, sin juego en equipo, sin transmisiones, sin árbitros y sin público adulador.
Tratando de asimilar cada uno de los cambios, a las reglas de juego que se tienen en la FIFA, estamos seguros que se modernizan para cada 4 años de la cita que congrega a patrocinadores, multinacionales, equipos, gobiernos, federaciones, familias, grandes cadenas de televisión, pequeños medios de comunicación, convergentes equipos de trasmisiones, tecnología de punta y hasta mezclar las leyes, normas, tradiciones y costumbres con una serie de comportamientos, que también son en el libre desarrollo de la personalidad, pero no imponiéndolos –menos a la fuerza o con condiciones- sobre las que priman cuando hay anfitriones.
La verdad es que si fuésemos sensatos en cada jugada –que no se repiten o puede hacer desde los 4 o 5 ángulos de los modernos y estratégicos equipos- podríamos concluir, con emocionada narración de profesionales locutores, que nos hacen, hacemos o autoproferimos golazos, sin jugar con indumentaria propicia para ejercer el deporte de las multitudes, de las emociones, de oportunidades para jugadores de su entorno, de “juego limpio” como ejemplo para los de aquí y los de allá y que serán las generaciones que ven en el deporte un mundo mejor y que como hace pocas horas llegó, de nuevo, a la primera división del fútbol nacional, para uno que lleva en su nombre el de Boyacá y con referencia al sector capitalino del Chicó, y que se puede equiparar a la historia de los pequeños, medianos o grandes clubes, que son empresas innovadoras, respetando a quienes les abrieron las puertas para hacer su emprendimiento, más no denigrando o menospreciando a la tierra que les acogió y hoy respalda con apoyo y recursos. Borrón y cuentas nuevas…
No todos jugamos en los tiempos establecidos, a veces necesitamos más o menos minutos adicionales, pero de lo que si podemos asegurar es que no se pueden seguir perdiendo esos segundos para seguir en polarizaciones, que ya hemos puesto en estos pregones, porque seguimos en las lamentaciones de lo que no hicimos en tiempos mejores. Esos vivos que hacen sus goles sin jugar limpio, deben buscar nuevas trincheras porque llega un punto que se pueden estar mereciendo la tarjeta roja, con tantas amarillas acumuladas, faltas no registradas y triquiñuelas lamentables para el erario, para la administración pública, para el respeto por la institucionalidad, para el ejercicio profesional y hasta para unos penaltis con merecimiento frente a rivales de carne y hueso, de mentiras o del más allá.
Que vengan las estrellas para los escudos de los que con orgullo, goles de factura, con “pases” estudiados, deleitan el gusto por un GOL histórico, jugada de campeonato. Que el 18 de diciembre gane el mejor. Que de ahí en adelante se hagan goles a la corrupción, a la intolerancia, a la envidia, a las malas prácticas y haya goleadas por unas regiones de progreso. Jugándonos por una Colombia que sea identidad de lo mejor. *Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez. @ricardocipago
https://boyaca7dias.com.co/2022/11/23/golazos-sin-jugar-ricardo-gabriel-cipagauta-gomez-columnista7dias/
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