PREGONES
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez.
@ricardocipago
UNA NUEVA BATALLA
Estamos a menos de 48 horas en donde
volveremos a recordar ésa historia que nos fue enseñada, con dedicación, por
profesores (a quienes reiteramos el agradecimiento) que tenían el
convencimiento de que si creaban conciencia en cada uno de sus alumnos de la
importancia de valorar lo sucedido, en el escenario del Altar de la Patria,
dejarían herederos orgullosos de haber nacido en el epicentro de la Libertad,
de una Colombia que hoy está afrontando una muy dura batalla diaria.
Más que insistir en que se valore el
sencillo movimiento de poner nuestra bandera tricolor, y de ser posible la de
Boyacá, en una ventana, en despachos públicos o cuando se podía en el pecho, de
las izadas de bandera de los colegios, es motivo para que YA asumamos que la
nueva batalla es la que con un liderazgo personal, ya no serán los 77 días, de
la bautizada campaña libertadora, sino que serán uno o dos años en los que se cambiarán
normas y comportamientos, como en los combates.
Nos relataron que sin ropas atravesaron
los páramos, hoy los médicos sufren discriminaciones, ataques, y tienen que
llegar a huelgas de hambre para que les cumplan los compromisos laborales,
otros incitan a la desobediencia, a la anormalidad académica, mientras se
buscan proteger a los abuelos, los niños, a todos, con medidas que incomodan y
hasta sirven para polarizar. Y los “vivos” pelean por si sesionan en sus
pupitres o por videoconferencias.
Azotados estamos como hace 201 años por
fuerzas que no buscan soluciones sino que entraman sus ambiciones hacía, sobre
los recursos públicos, realizar activismo que decae en candidaturas anticipadas
a cargos desde donde direccionarán a sus aduladores para que no se les caiga la
estantería que, guardadas las proporciones, buscarán nuevas trincheras desde
cerros, montañas o plazas públicas y ahora desde bodegas en redes sociales, mal
utilizadas o puestas al servicio de numerales del día, de avisos de presión,
poniendo en molde, imágenes o audio sus egos.
La Justicia legítima tiene que ser ése
batallón de confianza de la sociedad, las instituciones deben ser los otros que
desde sus estratégicas posiciones defiendan y sustenten la democracia; con
todas sus falencias los togados deben sobreponerse a sus ya trajinadas peleas
mediáticas o partidistas y como los lanceros del pantano de Vargas los
ciudadanos debemos avanzar hasta culminar en escuadrones que defendamos la
vida, la protejamos y la valoremos.
Tenemos que ser superiores a esos 2850
integrantes del ejército patriota, conocer las aguas del Teatinos de hoy, de
los caminos (distanciamientos) reales que tenemos en cada municipio, de los
frentes de artillería, caballería y los heroicos de infantería (profesionales
de la salud, seguridad y otras disciplinas) que tienen el objetivo común de una
vacuna contra la pandemia que nos dará
la libertad para una o varias generaciones, que se refugiarán en bicicletas,
investigación, ciencias, idiomas, grandes proyectos o serán políticos íntegros,
por sus comunidades, y pasarán a la historia de un Boyacá que libra las
batallas que sean necesarias…
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