PREGONES
Ricardo
Gabriel Cipagauta Gómez.
@ricardocipago
Respetar Protocolo en
Funerales
Afán
de figurar no tiene límites: hasta en sepelios para que los nombren, graban su
parte para subir a redes, y ponen a sus alfiles para que no se les vea haciéndolo
de frente, y justifican de todo para dañar el protocolo, que exige la dolorosa
despedida. No respetan que prima la familia.
Homenajes
y reconocimientos sinceros se hacen en vida y no por quedar en fotos o como
estrategia de comunicación o pagando escritos o pergaminos.
De
seguro muchos lo han sufrido cuando se asiste a estas ceremonias y del dolor se
pasa, sin rubor, al de calor de los comentarios, chistes flojos y hasta
celebrar que pudieron “hablar” rompiendo las normas y se ufanan de ello ante
sus jefes que les imponen hacerlo a como dé lugar, no basta con un decreto
desabrido y repetitivo (“personaje-familia-ilustre”) y rematar con el saludo
personal, que va en papel de colores rebuscados, y con frases publicitarias.
Incluso
se atreven a repetirlos en actos de los funerales que se prevén para -siendo el
reconocimiento público- el escenario hasta desgañitarse y pavonearse; Así No Es.
Ceremonia de funeral debe ser corto y no durar más de 30 a 45 minutos,
para ensalzar sus virtudes -y lo que ya todos los asistentes conocen- y en
algunos casos se convierte en programa concurso de palabrería y sinsentido,
reflejado en miradas, entre sus deudos. No se aprende, ya pasaron las campañas,
esos minutos son para acompañar el difunto. Q.E.P.D.
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