Ya pasaron las
campañas, llenas de promesas, intenciones y en algunos casos desesperos para
ofrecer lo divino y lo humano, todo con el fin de llegar a ser Administradores
de los municipios. Ya es hora de concretar lo que en sus discursos, reuniones y
empalmes mostraban como sus caballitos de batalla y que antes del 31 de marzo
deben ser plasmados en documentos serios, sustentados, de proyección y
realistas -en los Planes de Desarrollo-, para sus cuatrenios y que deben ser
coherentes, tener ejes y engranajes, consultados con las comunidades,
participativos y no para negociar obras, inversiones, agradecimientos o
puestos. Nuestros 123 municipios, deben tener profesionales responsables,
conocedores de estructurarlos y de implementarlos, no por salir de paso, estar
en las instancias nacionales y extranjeras gestionando recursos y
cofinanciación, con veedurías y los medios de comunicación haciendo seguimiento
e informando sobre los procesos de su implementación y con cuentas claras. Con
las nuevas disposiciones hay que ser proyectistas hasta el 2015 y dejar los
enlaces para dar continuidad a lo que corresponda o desechar los que no
obedecen a prioridades o necesidades de las comunidades. Las oficinas de
Planeación deben ser eje de las actualizaciones, formulaciones y visiones de
los POT. Ciudadanos reclaman juicio, pertinencia, todas las virtudes aplicadas
al beneficio general y no más engaños, decepciones o seguir con los mínimos sin
satisfacer. Allí una mirada con filigrana al comportamiento de los Concejos Municipales,
a los ejercicios de sus comisiones, a las reformas administrativas propuestas
para modernizarse, a cada plan de acueducto y alcantarillado, agua potable,
educación, implementación de TIC, escenarios deportivos, salud, vías,
recreación, políticas culturales, de seguridad ciudadana, incluyentes y a
tantas necesidades insatisfechas, pero que han servido para otroras, recientes
y futuras "campañas de los mismos de siempre". Que un Ministro de
Hacienda y Crédito Público diga que de 123 somos 86 en pobreza (extrema) debe
preocupar a cada uno de sus habitantes, hijos o no de estos parajes que nos han
dado espacios para vivir, para que los recursos-que son sagrados y de
tod@s-lleguen a su destino. Cabildos abiertos, más participación en escenarios públicos,
saber y valorar que nuestra historia no es gratuita o que de algo debe
servir, que retribuir es reconocer los
aportes y muchas de las veces sumisión de nuestros voceros, que no han
permitido entronizarnos de lleno en la modernización de las estructuras del
estado, de ser globales y si quedar resagados. Construyamos caminos comunes de
manera juiciosa y siendo lógicos en que un siglo se compone de lo que hagamos
en sus horas. Boyacá posee todas las virtudes de la creación, debemos ser
responsables de su real dimensión, apliquemos todas las nuevas tecnologías,
redes y medios para hacernos sentir. Retóricas se traducen en adulaciones que
luego sirve a funcionarios ególatras y no a los municipios y sus gentes nobles,
trabajadoras, idealistas y ejemplares. Retos para aprovechar y oportunidades
para trascender. Municipios llegó su hora y no por medallitas sino por grandes
premios ... y YA.
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez Comunicador y Periodista (@ricardocipago)
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