Llegar a hacer mercado, comprar lo del diario o por necesidad del
momento nos lleva a preguntarnos si la llegada a nuestras ciudades de los
grandes supermercados, las llamadas grandes superficies o de cadena, son
benéficos para la economía, los sectores regionales, los proveedores locales y
en el fondo si de verdad son reguladores de precios o se convierten en
excluvivos en algunos de sus productos? y en qué nivel quedan las tiendas de
barrio y/o los supermecados de nuestra propia cosecha?
Los stándares de calidad que se exigen, piden y deben ofrecer son los
que están acordes a las exigencias para los alimentos, frutas, vestuario,
calzado, juguetería, cosméticos y todo aquello que hoy se consigue en estos
gigantes de la comercialiación de productos? y se hace una veeduría a lo que
compramos por peso, por paquetes sellados o por escogencia en las góndolas?
Nadie duda que existe una preselección muy estricta de todo lo que nos
venden, pero al comparar entre estos establecimientos o locales que sólo se
distancian entre 2, 8 ó 10 cuadras y máximo 3 barrios o sectores y en
competencia con las pequeñas tiendas -que a veces si poseen el producto o la
marca de la preferencia o gusto- la diferencia en precios ya no es de sólo $50
ó $100 pesos y estos influyen en las compras, cantidades y se seguro movimiento
de inventarios, lo que nos debe empezar a concientizar a los consumidores sobre
dónde es que hacemos o nos fidelizamos como clientes.
Que haya posibilidades de pago con cheques, tarjetas débito, crédito,
propias, efectivo, bonos y demás son calves y que de seguro nos atraen,
impulsan o pasan desapercibidos en nuestros tiquetes-iva incluído-para que en
las comparaciones de precios veámos la realidad o por el contrario no cumplen ésa
función social-que se espera por su magnitud- y la proliferación de muy buenas
tiendas o mercados especilizados, amplias bodegas con muy buenas marcas y
alternativas y dando oportunidad a lo local.
Ya que faltaron algunas cosas del mercado de grano, verduras o de plaza
y el de exquisiteces-para atender las visitas, les dejamos por hoy el hacer el
ejercicio de comparar y actuar, utilizar el nuevo estatuto del consumidor,
seguir pagando algunos sobrecostos que siempre se justificarán o buscar el
ahorro de unos "pesos" para que nos alcance para la buseta, el taxi o
la gasolina... pues si es para hacerlo como plan familiar no olvide que un
helado o un postre no pueden faltar... y que no se olvide nada.
Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez Comunicador y Periodista (ricardocipagomez@yahoo.es)
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